La Ciudad

Las empresas no quieren dejar de celebrar y adaptan los presupuestos

Con distintas variables de precios -que pueden partir de los $150 y superar los $800-, los eventos corporativos de fin de año no quieren desaparecer en un 2016 un tanto complicado financieramente y se adaptan a los nuevos tiempos. Más informalidad y flexibilidad en los horarios para celebrar.

Como un péndulo, la realización de eventos corporativos de fin de año en la ciudad osciló -a comparación con el año pasado- y hay quienes lograron los famosos “brotes verdes” del segundo semestre mientras que otros lamentan la baja en las ventas.

Sin embargo, como siempre existen aquellos que piensan “si hay miseria que no se note”, la adaptación a los nuevos tiempos llevó a los gastronómicos a flexibilizarse, apelando a la no suba de los costos de los mismos de acuerdo a la inflación, a la generación de volumen para compensar y hasta a habilitar nuevos horarios, como los desayunos o las meriendas.

También las empresas cambiaron ciertos hábitos, como aprovechar sus propios espacios para las celebraciones y centrando el gasto en insumos básicos, como comida y bebida.

En Gallinger, reducto especialista en perniles para varios grupos de personas que ofrecen tanto en el salón de la zona de La Perla como en domicilios particulares, aseguraron que este diciembre trabajaron “un 20 por ciento menos” en materia de eventos corporativos a comparación con el año pasado.

“Hasta ahora venimos en baja, creo que es por el contexto de un año complicado”, aseguró Juan.

Una situación similar describió Pablo Ochoa, de la firma que lleva su apellido, aunque aclaró que “creo que este año se optó por festejar sobre la marcha. Tenemos menos reservas y surgen de un dia para otro o para dentro de una semana. Digamos que hay más espontaneidad, porque antes te hacían reservas con varios meses de anticipación”.

La tradicional empresa de catering tiene la flexibilidad de ofrecer los servicios en sus espacios -Ocean de Playa Grande, Waikiki o en el Haras Santa Maria del Mar- o en el domicilio elegido por el cliente.

“También tenemos la versatilidad -detalló Ochoa- de brindar un servicio completo, con comida, bebida, personal para

servir y vajilla incluida o simplemente llevar el catering”.

Es que cada rubro suma y, justamente, lo que se busca en la actualidad es adaptarse a las billeteras no demasiado gordas. “Nosotros intentamos cumplir con todos, con la calidad de siempre”, aseveró el empresario.

Mejoría

“A comparación con el año pasado tuvimos más eventos corporativos de fin de año, tanto en Tío Curzio como en La Normandina, la verdad es que no nos podemos quejar”, señaló el gerente comercial de ambas firmas, Cristian Perez Avaca.

En ambos espacios ofrecen servicios de esa gama a cualquier horario, ya sean desayunos, meriendas, almuerzos o cenas, con distintas variables que influyen en el costo.

“Podemos hacer desde ‘coffe break’s’ hasta cenas con show y música en vivo, todo depende de lo que pida el cliente”, aseveró el ejecutivo y contó que actualmente están trabajando con una reserva de “aproximadamente 6 meses” para este tipo de evento.

Si bien este año empezó “un poquito complicado”, Perez Avaca detalló que “poco a poco fue remontando, al inicio del año no trabajamos con tanta anticipación, no tuvimos tantas reservas, pero se fue acomodando. Y 2017 viene mejor todavía”.

Si bien en “La Palmera” este diciembre cuentan con más agasajos corporativos que en el mismo mes de 2015, los mismos “son más chicos”. De todas formas, ya cuentan con reservas para “el año que viene. Es que, dependiendo de la cantidad de gente y del tipo de evento, con la reserva congelas precio”, señaló Martin, del restaurante ubicado en la zona de Varese.

Además de las cenas-shows, que incluyen desde bandas de música en vivo hasta sorteos, también ofrecen desayunos, almuerzos y eventos a mitad de tarde, de acuerdo “a la demanda del cliente”.

“Por lo general se arma un menú ejecutivo -explicaron- algo informal con ‘finger food’ y livings con vista al mar. Hoy reina más la informalidad y también puede resultar menos costoso que una cena formal”.

Focalizar

“En nuestro caso subieron los eventos corporativos de fin de año, pero la cuestión es que antes no teníamos un departamento específico abocado al tema y este año hicimos foco en eso”, describió Matías Iriarte, uno de los propietarios de Quba Café del Mar y Mr. Jones.

Esa especialización rindió sus frutos y este diciembre lograron “incrementar” los eventos, a la vez que lograron “no aumentar tanto los precios aunque tuvimos que perder rentabilidad”, detalló.

En ambos lugares, ubicados en los extremos norte y sur de Playa Grande, cuentan con una oferta que abarca a “todos los horarios, ya que tenemos desde almuerzos y meriendas, hasta desayunos y fiesta de fin de año con shows, cena y barra libre”.

Así como la variación incluye a horarios y menúes, los precios de los cubiertos son un reflejo de esa ductilidad: “Podes tener un desayuno desde $150 por persona hasta un evento nocturno de $800 con barra libre”, describió.

Los restaurantes también se suman a la movida y organizan “cenas especiales para los grupos que lo solicitan. Incluso, tenemos algunos clientes en ese segmento, para los que armamos un menú exclusivo con alguna de nuestras especialidades -como las empanadas y los pintxos- que marcan la diferencia”, detalló Manuel Justo, uno de los propietarios de la parrilla Huija.

A eso se le suma alguna promoción de alguna de las bodegas con las que trabajan habitualmente, lo que genera un combo que permite ofrecer cubiertos a razón de “entre $220 y $320, dependiendo de la entrada, el primer plato, postre y café”.

“Están bien este tipo de acciones -opinó Justo- es esperanzador y ayuda a traccionar en el final de un año complicado, tal como sucedió con los últimos dos fines de semana largos”.

Por su parte, el secretario de Capacitación de la seccional local de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), Fernando Mustafá, opinó que los eventos corporativos de fin de año “vienen mejor” que en 2015 y se basó en que “hay más movimiento, tenemos más pedidos de personal”.

“Si bien aumentaron los insumos en el orden del 40 por ciento -analizó-, muchos de los empresarios optaron por resignar rentabilidad, seguir apostando y tratar de generar más volumen”.

Si bien no existe en la ciudad una estadística general, debido a la inexistencia de una cámara que nuclea a los sitios que se dedican a este tipo de eventos, la situación parece un tanto mejor a lo sucedido en Buenos Aires, dónde este diciembre -de acuerdo a los datos ofrecidos por el sector- los mismos bajaron en el orden del 30 por ciento.

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